Fidel Castro siempre fue el referente mundial de la izquierda. Era el faro oscuro que los guiaba hacia el paraíso del proletariado, que les mostraba con su dictadura cómo se podía vivir en el comunismo. Y todos sabemos que al viejo choto le gustan las cámaras, la buena vida y la atención.
Ahora, la izquierda encontró otro Mesías, más joven y encima entronizado en el país más libre de la tierra, uno de los pocos que todavía defendían el capitalismo, y la gente vive pendiente de todo lo que Comie Obama hace, y como buen adicto a las cámaras y a sí mismo que es, Fidel Castro no se lo perdona, ni a él ni a sus medios otrora adictos.
Comunismo varió en Progresismo, el Mesías está en Washington y no más en La Habana. Así que la única opción que le queda al dictador que se saca fotos con Cristina es despotricar contra Obama, y sabotear todo lo que Obama hace para ver si libera un poco a Cuba, aunque eso signifique hundir en la miseria más abyecta a los 12 millones de cubanos.
Por más extraño que parezca, Chávez, otro adicto a su persona, ha estado mucho más callado que el cadáver parlante sobre Obama y sus medidas que no tardarán en hundir a Estados Unidos.
Deja una respuesta