Nunca vi el programa de Susana Giménez, no me gusta, me molesta el tributo al cualquiercosismo nacional, y la berretización de la televisión nacional, pero si algo siempre me llamó la atención de esta mujer es esa virtual incapacidad de frenar la lengua que tiene. Muchas veces dice lo que piensa, lo que significa que no piensa lo que dice, y así como consigue que el país se le ría por preguntar si hay dinosaurios vivos, consigue darle una cachetada a la Argentina dormida. Y después de todo el revuelo que generó hace unos días, y de que toda la basura y toda la gente pensante opinara, también tengo ganas de decir lo mío.
La media progresista está en desacuerdo con ella porque propuso matar a los asesinos, esas víctimas inocentes del neo-liberalismo y de la droga. A Susana la escuché treinta veces por distintos canales y además de lo que dijo, me llamó la atención la incapacidad nacional de interpretar frases o consignas.
No pidió la Pena de Muerte, la Pena de muerte no es más que darle potestad a un gobierno, del corte que sea, de acabar con la existencia de una persona, lo que esta mujer pidió fue basta de guante de seda y darle al asesino lo que dio: un final.
La Ley del Talión no sirve, eso creo que lo sabemos casi todos, el Ojo por Ojo va a hacer que todos menos el gobierno se queden ciegos –o más ciegos- y nos va a ir peor, pero tampoco llegar a la estupidez de una palmadita en la espalda a los asesinos y violadores.
Personalmente me opongo a la pena de muerte, ya lo he dicho varias veces, pero no me opongo a la Justicia por Mano Propia, que como su nombre dice, es Justicia. La JMP no es más que un jurado sin juez. Si los juicios nacionales dependieran de jurados, y no de jueces pelotudos, habría más violadores y asesinos presos, y menos indignación generalizada. La JMP no es más que una muestra del descontento y la desconfianza con el Sistema Judicial.
Si estamos de acuerdo en que la vida y la libertad son los valores máximos por los que debe pelearse, aquel que atenta tanto contra la vida como contra la libertad debería recibir la pena máxima, pero nunca dispensada por el estado, quien nunca se vio afectado.
Además, como sabemos, no puede permitirse a un Sistema Corrupto decidir sobre la Pena de Muerte, y esto va más allá de China, Estados Unidos o el país que sea: matar está mal, y si el estado, el que debe velar por la vida y la libertad es el que mata, es peor.
De todos modos, según Crónica el 87% del país está de acuerdo con Susana Giménez en que el que mata debe morir, no en la Pena de Muerte. Pero si el gobierno hubiera visto y entendido estos datos se daría cuenta que seguir con el garantismo durante este año electoral va a costarles el Congreso, eso, y no el saqueo masivo, va a ser lo que los termine.
No van a ser los delitos aberrantes de toda la banda, va a ser su pasión por defender delincuentes, por burlarse de las víctimas y considerar el voto del delincuente preso, y considerar que los muertos no votan.
El estado de hartazgo generalizado va a explotar, porque la gente no se cansa de ladrones, se cansa de asesinos, se cansa de violadores de infantes sueltos, se cansa de DeVidos sueltos y de ladrones de gallinas encerrados. Y si Dios quiere, cuando se llegue a la masa crítica, la violencia va a estar dirigida a los destinatarios correctos, no a perejiles sueltos por ahí.
Esto lo he dicho varias veces en diversos ámbitos: ni mano dura, ni guante de seda: justicia justa, y la justicia deben decidirla los pares, no jueces protegidos por treinta guardaespaldas pagados por la familia del muerto. El Juez debe validad la justicia impartida por pares del juzgado, no juzgar a la víctima.
Su propia ideología los va a matar, y eso no va a ser irónico, va a ser Justicia Divina.
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