Como todos saben, el domingo pasado se preguntó a los venezolanos si querían rendir su propiedad y su voluntad a las delirantes promesas del psicópata que hoy los gobierna, o, si por otro lado, pretendían ser libres y decidir por sí mismos su futur, conservar sus bienes y recordar que la función del Estado no es hacernos felices, porque hay partir de la base de que el Estado no nos hace felices, como diría José Benegas, aunque viendo la situación actual me gustaría agregar que de hecho, le Estado hace todo lo posible para que no seamos felices, para que dejemos de necesitarlo y así pierda el poder.
No mucha gente esperaba que el NO ganara, y como en estos países de tercer mundo, donde la corrupción es sinónimo de éxito, nunca vamos a saber por cuántos votos realmente ganó la negativa a la tiranía, pero analicemos el resultado actual, del 50.7% de negativa contra el 49.3% de apoyo que tuvo la locura.
Todos los licenciados en opinión que abundan en nuestra televisión, que viven y ruegan por la publicidad oficial, se cansado de decir que ganó la democracia, perdió la dictadura, etc, etc, etc… pero ninguno de ellos se ha puesto a pensar que prácticamente uno de cada dos venezolanos quiere ser esclavo, que es otro número mucho más complicado y mucho más tenebroso, porque lo normal sería que todos los venezolanos quisieran ser libres.
El error que cometió toda la prensa por la que he paseado es creer que el preguntar si la gente quiere ser esclava es una actitud democrática, creer que la democracia se remite nada más que ir a votar; podríamos decir, ¿es democrático someter a mayoría si alguien es asesinado o no?, creo que estamos de acuerdo que no, y preguntarle a la sociedad si lo que quiere es ser esclava o no, NO es democrático, es una falta de respeto a la democracia, y eso fue lo que pasó en Chávelandia, se intentó legitimar una dictadura, y no hay que festejar porque el 50.7& dijo que NO, hay que preocuparse de que hubo gente que dijo que sí.
Yo creo que no es tan preocupante que haya personas que digan que Si, es preocupante la abstencion que hubo, que fue de un 44%, son preocupantes muchas cosas, y aunque la oposicion no gano por mucho, al menos no se van a implantar esas nuevas leyes que se planteaban en la reforma, y que muchas de ellas, como he escuchado (realmente estoy desconectada del mundo porque no he podido ni ver tv), se piensa cambiar la autonomia de las universidades, como en la que estudio, con la Ley Habilitante, hay muchas cosas que realmente el puede introducir por medio de esa ley. Como dice mi profe de Embriologia: «el camino que queda es largo», por lo menos sabemos que ya no se puede volver a reelegir. Yo realmente no creia que el No iba a ganar, aunque hubo muchos chavistas que no votaron y tambien, muchos chavistas que aunque eran chavistas, votaron por el no.
Es la mentira plebiscitaria: querer hacer creer que si la mayoría está de acuerdo todo lo que se hace es democrático.
La democracia es un sistema muy concreto en el que hay libertades individuales que son garantizadas por una fuerza monopolizada en una organización central de poder cuyos jerarcas alternan: hay derechos individuales, hay monopolio estatal de la violencia y hay liderazgo cambiante según el voto ciudadano, pero el voto ciudadano elige la dirigencia, no el sistema. De ahí que, por ejemplo, en nuestro caso, nuestra Constitución nos obligue a defenderla sin reconocernos el derecho a optar en cuanto a eso.
Por supuesto que si la mayoría quiere salirse de la democracia lo consigue y, pienso yo, tiene derecho a suicidarse, pero de ahí a pensar que ser plebiscitariamente antidemocráticos es lo mismo que ser consensuadamente democráticos, mmmm…
O sea: ¿es democratico si se vota como yo quiero y es dictatorial si todos esos pelotudos votan lo que ellos quieren?
No Walter, es dictatorial si una mayoría de pelotudos vota que a la minoría les violen sus derechos, no se trata de lo que quieren o no, si no con ese criterio «todos» los alemanes incluidos los judíos «querían» a Hitler y sus políticas genocidas porque ganó las elecciones.
Es esclavitud que la mitad más 1 de la población pueda por capricho sacarle los derechos, libertades y su propiedad a la mitad menos 1.
Es fundamental entender eso.